lunes, 1 de septiembre de 2008

El Estraño

Y era un hombre solitario que tras mucho viajar, no sabia donde caerse muerto, nunca supo elegir su camino y andaba al azar por la vida, mecido por el destino.



Y sus deseos no aparecieron para guiarle, y nunca supo que buscaba, y no sabia que encontraba, hasta que lo perdía, en su vida.

Vacía vida que vivía, en soledad.
Un hombre, un animal, una bestia salvaje, como el lobo que aulla solo a la luna, andaba perdido, el extraño caminante.

Con su guitarra al hombro, recorría la vida, con los kilómetros a sus pies, jamas, supo a donde iba, y jamas se sabrá donde termino, la vida de aquel extraño.

Solo era un lobo con piel de cordero, dispuesto a obedecer, dispuesto a ceder, cuando encontrase a quien querer, buscando su sitio, buscando apartar la soledad, aprendiendo a amar, deseando romper la mascara que le permitía moverse en la sociedad.

Pero el fuego esta ahí, en la comunidad, y en las sombras no le puede alcanzar, no le puede quemar, sus alas de libertad. Era en la sombra donde sentía seguridad, la seguridad de la fría soledad.

No quiere sufrir por amar, teme confiar, por si le hacen daño, teme lastimar a los demás, pero jamas, lo logro evitar, pero sabe, que tanto en su soledad, como en la sociedad, sus colmillos están hechos para matar.

Cuando esta solo anda tranquilo, y si anda tranquilo, la oscuridad le teme.

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